Todo lo que se consagra a Jesucristo es santo, el garaje, la bodega, la sala de la casa, cuando se la consagra a Cristo deja de ser una simple habitación para convertirse en un lugar santo. Cuando no lo sabemos podemos estar profanando esos lugares que le pertenecen a Jehová. Ezequiel 22: 26 “Sus sacerdotes han violado mi ley y han profanado mis cosas sagradas; entre lo sagrado y lo profano no han hecho diferencia, y entre lo inmundo y lo limpio no han enseñado a distinguir; han escondido sus ojos de mis días de reposo, y he sido profanado entre ellos”
Salomón era un hombre sabio y entendía
que el lugar donde había estado el arca de Dios era santo y nada de lo que
provenga de Egipto podía estar en ese lugar. V 11 “Y pasó Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que
él había edificado para ella; porque dijo: Mi mujer no morará en la casa de
David rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de
Jehová, son sagradas” cuando la biblia menciona Egipto se refiere al
mundo.
1. La Amistad con el Mundo. Santiago
4: 4 “¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” a muchas personas
les cuesta mantenerse radicales. Quieren complacer a Dios y también a sus
amigos mundanos. Recuerda que Dios al que es tibio lo vomita. Apocalipsis 3: 16
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente,
te vomitaré de mi boca.”
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1.Cuando todavía nos mantenemos
unidos al mundo terminamos metiendo a la iglesia prácticas, tradiciones y
costumbres que no le agradan a Dios.
2. Escuchar a personas tibias o
mundanas. Esto dañara tu mente. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” las personas que empiezan a perder su interés por su congragación, por
su familia, su trabajo o cualquier cosa que haga es porque permiten que otros
los envenenen con sus comentarios.
El templo y los lugares donde nos congregamos para alabar a Jehová son lugares
santos que debemos respetar, no los debemos idolatrar, pero si los debemos
respetar como un lugar especial para Cristo.