jueves, 22 de octubre de 2020

1 crónicas 22. Una Generación de Poder.

 

Cuando hablamos de nueva generación nos referimos a quienes nos sucederán, nuestros hijos o familiares menores que nosotros. 

Pero no solo se trata de ser una nueva generación, por edad cualquiera lo podría ser. 

Se trata de formar generaciones de poder, capaces de triunfar en lo que se hace. 

Una persona victoriosa es aquella que se atreve hacer cosas diferentes, David se atrevió a enfrentarse a un gigante que tenía paralizado a todo el pueblo y eso lo convirtió en alguien miembro de una generación de poder.  

El problema es que por las leyes obvias de la naturaleza todo lo nuevo un día pasa a ser viejo, incluyendo las nuevas generaciones. 

Recordemos que un buen futuro depende necesariamente de un buen presente, y un buen presente depende de un buen pasado, los tres tiempos están ligados el uno del otro. 
De nosotros los padres dependen que las nuevas generaciones sean de poder o de fracaso.  

Como Formar Generaciones de Poder. 

1.   Conocer a nuestros hijos y sus propósitos: V 9-10 “He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.  
22:10 El edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre” es muy importante que aprendamos a conocer a nuestros hijos tanto en lo secular como en lo espiritual; cada uno de ellos tiene un don diferente, si tú le empiezas a exigir a uno de ellos en lo que él no sabe hacer, no le va a rendir, te vas amargar tú y él, el futbol es un ejemplo de ello. El técnico hábil es aquel que conoce muy bien a sus jugadores y ubica a cada uno de ellos en el lugar que le corresponde, no puede exigir a un arquero que rinda como un delantero, ni tampoco al delantero que rinda y tape goles como un arquero, cada uno rinde más en lo que sabe hacer, y esto se aplica para actividad que llevemos acabo, en la iglesia en la casa, en el trabajo, en tu empresa. 

     2. Prepárale el medio para que él llegue a ser un victorioso en lo que va hacer: V 5 “Y dijo David: Salomón mi hijo es muchacho y de tierna edad, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia, para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario. Y David antes de su muerte hizo preparativos en gran abundancia.” La victoria no consiste en hacer que la gente trabaje, más bien está en construir el entorno en el que trabajar sea posible.     Hay hogares donde vivir ya es imposible, por el ambiente tan pesado que se ha creado, trata de hacer de tu hogar un lugar de descanso, agradable para vivir. 

 3.  Prepara a tu hijo para ese entorno o ese medio: V 6 “Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel” muchos padres argumentan que todavía es un niño, y por esta razón no le exigen responsabilidades, no le prepares al niño un mundo para él, más bien prepara al niño para el mundo, este mundo es difícil y si tú eres de los que metes a tus hijos en una burbuja de cristal para protegerlos, recuerda que un día van a tener que salir de esa burbuja y enfrentarse a este mundo real, y si no está preparado será destruido. Recuerda tu y yo no somos eternos y nuestros hijos no nos van a tener toda la vida. 

 4.  Anímalo: de nosotros depende que nuestros hijos lleguen hacer lo que los padres queremos que ellos sean 

4.1. En lo secular: V 11 “Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti” nuestros hijos tal vez tienen muchos sueños, muchos propósitos, pero es necesario que nosotros como padres de alguna forma busquemos como orientarlos a escoger lo mejor. Nuestras palabras tienen poder para animar o desanimar; no les digas que son unos inútiles porque eso serán, no les digas que un día lo pagaran porque eso vivirán, recuerda que maldecir, es decir mal, no maldigas a tus hijos con tu mala forma de hablar. 

4.2. En lo espiritual. V 12 “Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios” de nosotros los padres depende la formación espiritual de nuestros hijos, si somos responsables por la vida de aquellos que se pierden sin que les hablemos, con mayor razón seremos responsables si nuestros hijos se pierden y nosotros no los orientamos.  Ezequiel 33: 8-9 “Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.  
33:9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.” Hay padres que por justificar si ineptitud, dicen: cuando mi hijo crezca que el escoja, ahora que disfrute la vida. 

4.3. Explícale que la verdadera prosperidad proviene del conocimiento de la palabra: V 13 “Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes” seguir la palabra no es de cobardes, se necesita ser valiente y esforzado, para enfrentar la crítica y el ataque del mundo. 

   5.  Involúcralo en tu trabajo: V 14 “He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo, he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.” Es necesario que los hijos entiendan que lo que tenemos no nos cayó del cielo por obra de magia, es bendición de Dios, pero que también nos costó gran esfuerzo conseguirlo, de esta forma ellos un día podrán añadir su trabajo al nuestro, y no solo continuar con el trabajo, sino también mejorarlo cada día más. Hay personas que han sido muy buenos empresarios, pero que, al morir, sus hijos han acabado con todas esas fortunas, por la sencilla razón que sus padres nunca los involucraron en sus negocios, los hijos quedaron con esas fortunas en sus manos, pero no sabían qué hacer con ellas. 

6. Hazlo volar: V 16 “Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo” de nada sirve entrenar a un jugador si nunca se lo va a dejar jugar, si nuestros hijos van a ser la nueva generación de victoria déjalos actuar desde ahora. Que tu esfuerzo no sea en vano.     Dales las herramientas, pero estimúlalos a utilizarlas, las águilas cuando hacen sus nidos, entre los materiales que emplean, están pedazos de palos, clavos y otros materiales punzantes; cuando el aguilucho crese si no quiere volar, el águila mese el nido provocándole dolor o incomodidad al aguilucho de esta forma lo obliga a saltar del nido para que aprenda a volar. 

7. Pidiéndole a Dios que nos enseñe como debemos Guiar a nuestros Hijos. Jueces 13: 8, 12 “Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer. Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él? 

Los hombres del mañana están en nuestras manos, tú y yo somos los diseñadores de las nuevas generaciones para el mundo cristiano y para el mundo secular.